Unos Monólogos Femeninos

Reportera: Cristina Steriti, estudiante de comunicaciones y español.

¡Vagina! Esta palabra es un término que mantiene un sentido muy sensible para la gente.  ¿Por qué? Es una parte del cuerpo de la mujer que forma parte de la reproducción de los seres humanos.  La vagina es una parte del cuerpo natural de la mujer y no se debe tener ninguna vergüenza hablar sobre ella.

El 3 de marzo de 2011 se presentó en la Universidad de Monmouth un evento titulado “Vagina Monologues”,   que son una serie de discursos que presentan temas que hablan sobre la violencia en contra de la mujer y la importancia de las vaginas como una pieza esencial de la figura femenina. El propósito principal de estos monólogos es crear consciencia de la violencia en contra de la mujer y se usan estas presentaciones para recaudar fondos para organizaciones que ayudan a educar y a evitar este problema que aún existe mundialmente.

El evento tomó lugar en Anacon Hall y tuvo un gran éxito.  El público incluyó a todo tipo de personas. Tanto padres como estudiantes y profesores formaron parte de la audiencia.  Felipe Robles, un estudiante en su tercer año, dijo: “Me sentí un poco incómodo por la palabra ‘vagina.’  No es una palabra que yo digo con frecuencia ni es una palabra que se menciona con frecuencia en conversaciones.  Pero vine con mis amigos y la pasé muy bien.”

Como parte de la presentación muchos de los estudiantes que participaron en el evento tuvieron que memorizar o leer historias reales de varias mujeres quienes fueron abusadas en diferentes lugares del mundo. Algunos de estos relatos fueron horrorosos pero al mismo tiempo conmovieron al público presente.

Quanasia Frost, una estudiante en su último año en esta universidad, fue una de las que presentó en este espectáculo.  Frost explicó que considera su participación como algo positivo que espera pueda ayudar a otras mujeres en el futuro.  “Fue una experiencia que me hizo sentir libre.  Estaba nerviosa y no quería decir la palabra ‘vagina’ una y otra vez pero, yo practiqué mis líneas y por eso, no me sentí avergonzada.  También tuve que imitar el acento de una mujer del sur de los Estados Unidos, porque de ahí vino mi historia, y esto fue un reto para mí,” concluyó Frost.

Al final de la presentación, se le pidió al público que gritaran como si estuvieran teniendo un orgasmo, algo que fue un poco extraño pero divertido y algo diferente.

Deja un comentario